Incendios forestales y contaminación ambiental: el contexto del COVID-19 en México

La temporada de incendios forestales aún se encuentra vigente en la gran mayoría del territorio mexicano. En lo que va del año, se han registrado 1,288 incendios  en 24 estados, afectando una superficie de casi 17 mil hectáreas. Pero te has preguntado, ¿cómo se generan, qué tipos de incendios hay y qué tanto afectan a la salud de los habitantes, dentro de un contexto actual como la situación de una pandemia mundial que afecta al sistema respiratorio?

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En México se tienen identificadas 2 temporadas de incendios, en la región noroeste inicia en mayo y culmina en septiembre; en las zonas centro, norte, noreste, sur y sureste, inicia en enero y concluye en junio.

Esta temporada coincide con el incremento en las temperaturas durante la primavera y el verano; la dispersión de polen en el ambiente y la concentración de diversos contaminantes que derivan de las actividades humanas, así como de los mismos incendios forestales.

De acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de los 1,288 incendios que se tienen contabilizados, 7 de ellos se consideran de impacto severo, 64 moderado y 1,217 mínimo. Estos últimos, que ocurren principalmente a nivel de pastizales, tienen un tiempo de recuperación de 1 a 2 años, pues la copa de los árboles no se ve afectada.

En el impacto moderado, la recuperación puede tomar de 5 a 10 años debido a que el daño ocurre en un rango de 21% y 50% de la masa arbórea. Por su parte, el impacto severo implica un tiempo de recuperación de más de 10 años; la copa de los árboles se ve dañada por el fuego en más de la mitad de su extensión.

A partir de información de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), 99% de los incendios son causados por actividades humanas y sólo 1 por ciento por fenómenos naturales, como tormentas eléctricas.  Las actividades ilícitas, agrícolas y pecuarias son las principales causantes de los incendios forestales.

Hasta el pasado 2 de abril del presente año se mantenían activos 29 incendios. El centro del país y sus bosques han sido los más afectados, el estado de México, la CDMX, Puebla y Tlaxcala registran la mayor cantidad de conflagraciones, además de Michoacán y Chiapas.

Aunque la Ciudad de México se mantuvo con 181 incendios al no haberse presentado alguno durante los últimos días de marzo y los primeros de abril, el número de hectáreas afectadas a nivel nacional se incrementó de 10,376 a 16, 925.

Sin embargo, la buena noticia es que, en comparación con 2019 , hay una disminución de 46% menos incendios registrados durante el primer trimestre del año.

Una vez que ocurren los incendios y que con la oportuna intervención de combatientes  y voluntarixs logran sofocarse, el riesgo se encuentra en la propagación hacia el ambiente de las  partículas que se desprenden de la combustión.

A pesar de que las actividades urbanas se han reducido de manera sustancial por el aislamiento derivado de la propagación del virus Covid-19, de acuerdo a la información de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), los contaminantes en el aire siguen estando presentes. Además del dióxido de carbono, la presencia de ozono y de partículas PM 10 y PM2.5 es constante durante el periodo actual.

Y es que son precisamente las partículas PM 2.5 las que se encuentran asociadas a los incendios forestales.

Aquí puedes consultar la calidad del aire de la CDMX

Las PM 2.5 son micropartículas de un grosor inferior al de un cabello humano que sólo pueden ser vistas con microscopio. De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental EPA, se originan mediante procesos de combustión “incluyendo los motores de los vehículos, plantas de energía, quemas de madera, incendios forestales, quema agrícola y algunos procesos industriales”.

Por su parte, las partículas PM10 se originan mayoritariamente por desintegración de partículas más grandes, contienen materiales de la corteza terrestre y pueden contener material biológico como polen y esporas o provenir de la combustión incompleta de combustibles fósiles.

De acuerdo a la NOM 025 ambas partículas se asocian al incremento en las visitas a urgencias por síntomas de infección en las vías respiratorias, neumonía adquirida o asma.

Esta información podría ser útil para descartar posibles síntomas asociados al COVID 19, al tomar en consideración el contexto ambiental de nuestra ciudad y, de esta manera, permitir la atención hospitalaria de personas con síntomas más severos.

Fuentes:NOM 25

Reporte semanal de incendios forestales

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