Se dialoga en Costa Rica sobre turismo sostenible y cultura regenerativa

En medio de un clima de protestas sociales que demandan mejoras en educación, salud y atención a conflictos agrarios y de vivienda, se llevó a cabo en Costa Rica la 8.ª Conferencia Internacional sobre Turismo Sostenible, también conocida como P3 (Planeta, Personas y Paz).

Hacer turismo en Costa Rica se ha convertido en una actividad recurrente para visitantes de todo el mundo atraídos por imágenes de cordilleras volcánicas, paradisíacas playas y una biodiversidad exuberante. De acuerdo a la Organización Mundial del Turismo, ocupó el octavo lugar en la lista de los 10 países latinoamericanos de mayor afluencia turística durante 2022.

El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) estima cerrar 2023 con uno de uno de sus mejores años, previendo la llegada de más de 2 millones de turistas a este destino centroamericano que forma parte del grupo de los 25 países más megadiversos en el mundo. Entre sus fronteras, que dan con el mar Caribe y el océano Pacífico, se concentra cerca del 6 % de la biodiversidad del planeta.

Vida Pura, ¡PuRa ViDa!

Según cifras del ICT, el turismo genera hasta el 8.2% de los ingresos del PIB en Costa Rica. Junto al valor económico de esta actividad, se encuentra su motor: ese mosaico de especies, ecosistemas y paisajes, es decir la biodiversidad en su conjunto. “Nuestro recurso más valioso, lo que nos hace diferentes y únicos”, según lo explica Shirley Ramírez, bióloga representante de la Comisión Nacional para la Gestión de la Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Energía de Costa Rica.

De acuerdo al Centro de Resiliencia de Estocolmo, el sistema planetario se divide en nueve ejes que permiten mapear las condiciones de la vida en el planeta. En septiembre de este año se dio a conocer que seis de estos rubros, biodiversidad incluida, ya han sido sobrepasados.

Y es que en un mundo que agoniza por los efectos de la crisis socioambiental impulsada por prácticas de consumo y modelos que persiguen el desarrollo económico antes que el buen vivir, (Sumak Kawsay, filosofía propuesta desde los pueblos indígenas de Ecuador y Bolivia) ejercer la desconexión digital y llevar a cabo una conexión con la naturaleza, ha resultado ser una práctica más que necesaria.

Passiflora vitifolia, también llamda pasiflora perfumada o granadilla de monte

En tiempos postpandemia, Costa Rica permite generar experiencias cotidianas con heliconias y passifloras que crecen en jardines urbanos, o perezosos que transitan libremente sobre las ramas de los árboles o incluso con monos cara blanca que bajan buscando comida hacia los andadores de Parques Nacionales.

“Los sitios turísticos son hermosos, pero están llenos de trampas para la vida silvestre” expresa Ramírez.

En todo el mundo, Costa Rica se ubica en el lugar número 7 de los países que más cantidad de fotografías inadecuadas genera junto a la vida silvestre, resultado de las interacciones principalmente llevadas a cabo por turistas que desencadenan una serie de cambios en los comportamientos de la fauna que derivan en la pérdida de biodiversidad.

Desde el 2019 la campaña gubernamental liderada por Shirley Ramírez Stop Animal Selfies, ha buscado erradicar la toma de selfies que den cuenta del contacto con la fauna endémica, apelando al sentido de responsabilidad e invitando a optar por el registro fotográfico con muñecos de peluche.

Además del turismo, la pérdida de biodiversidad en Costa Rica enfrenta tres desafíos que hacen parte de las prácticas de modelos hegemónicos actuales: el desarrollo de infraestructura física, las actividades agropecuarias (el uso de agroquímicos) y la expansión urbana.

Además de visibilizar la importancia de campañas de comunicación que se suman a la oportuna toma de acción para no continuar modificando los límites planetarios,  otro de los planteamientos durante la Conferencia P3 fue cómo involucrar el turismo sustentable con prácticas de cultura regenerativa que permitan atender la magnitud de la crisis civilizatoria y los efectos del cambio climático.

Para el presidente de la Cámara Nacional de Ecoturismo y Turismo Sostenible, (CANAECO) Fernando Madrigal, la sostenibilidad puede abordarse como el conjunto de acciones de las empresas para reducir huellas de carbón y certificarse con prácticas que impliquen el menor impacto al planeta; pero ésta “no es instantánea, sino un proceso de largo plazo” que además requiere involucrarse de lleno en el nuevo paradigma regenerativo.

Sostenibilidad y sistemas regenerativos

Basado en el sistema de la permacultura, campo de integración y bienestar entre ecosistemas, personas y sus actividades, el modelo regenerativo se ha convertido en un movimiento multidisciplinario global que ha cobrado auge en los últimos años por su vinculación con sectores como la agricultura, el turismo y la arquitectura, hasta conformar lo que actualmente se denomina diseño regenerativo.

Para Lucía Hernández, periodista en El País, el punto de diferenciación con la sostenibilidad es que el paradigma regenerativo busca dejar “los ecosistemas mejor de lo que nos los hemos encontrado”, a diferencia de la sostenibilidad que “pretende mantener lo que ya existe para el uso por parte de generaciones futuras”.

De acuerdo al Ministro de Turismo, William Rodríguez López, el turismo no es sólo un actividad económica sino que es una actividad social, “de conocimiento entre personas y eso tiene un valor”.

Sociedad civil hace llamado al diálogo nacional

En Costa Rica hay temas sensibles que impactan el sector turístico como la inseguridad que se ha acrecentado en el país, o la pérdida de cobertura forestal a causa de la expansión de piña, palma y banano, monocultivos impuestos por la lógica dominante de las empresas transnacionales: “lo que estamos viendo hoy es algo que dejamos de hacer hace años”, destacó Rodríguez en su intervención durante la Conferencia P3.

Mientras los gobiernos de derecha y la vulneración sistemática de los derechos humanos son responsables de los desplazamientos y migraciones que enfrenta la región, en Costa Rica el panorama de gobernanza no busca fortalecer mecanismos que generen un estado de bienestar aunque la sociedad civil llama a los representantes de gobierno a establecer un diálogo nacional.

Aunque lleva el nombre del cantón de la provincia San José, el Acuerdo de Escazú no ha sido ratificado ni es contemplado en las políticas actuales; por el contrario, ha sido rechazado y blanco de críticas desde las cúpulas empresariales que ven amenazados sus intereses a partir de los posibles escenarios para el ejercicio de los derechos a la participación, información y justicia en materia ambiental, por parte de la ciudadanía.

En 2021, CANAECO fue la única cámara que alzó la voz para apoyar la ratificación del Acuerdo de Escazú en Costa Rica, pero su inviabilidad con los tiempos de la política, han definido su rumbo actual en el país y dejado en riesgo la defensa de los territorios donde existen las condiciones para llevar a cabo prácticas del turismo sustentable y las prácticas de los sistemas regenerativos, desde la justicia socioambiental, que el país y Latinoamérica necesitan.

Por Ana Herrera

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.